Hasta el año 2020, estábamos acostumbrados a que las modelos desfilasen por la pasarela mostrando las nuevas colecciones de ropa y accesorios de los diseñadores. Cada temporada de primavera/verano u otoño/invierno sacaba a la luz la última corriente creativa y marcaba la tendencia para todo el año. Sin embargo, el ambiente artístico ha cambiado drásticamente en los últimos meses debido a la situación mundial. Esto ha provocado una serie de transformaciones en el escenario tradicional de los desfiles de moda durante la pandemia.
Antes de la pandemia
Dos veces al año, las capitales mundiales de la moda (París, Londres, Milán y Nueva York), organizaban bulliciosos eventos de moda. Aquí es donde los mejores diseñadores presentaban su visión de lo que la gente debía llevar esa temporada. Allí no sólo eran importantes las prendas, sino también el peinado y el maquillaje de las modelos. Cientos de estilistas, maquilladores, técnicos de uñas y costureras trabajaban bajo presión para que hasta el último detalle estuviera cerca de ser perfecto. Por no hablar del espectacular público de miles de amantes de la moda, famosos, críticos y fotógrafos, todos bajo el mismo techo.
Actualidad
Aplazar los procesos de diseño y producción fue una de las consecuencias a las que se enfrentaron las casas de moda debido al brote de Covid-19. El fuerte descenso de las ventas y la imposibilidad de promocionar sus colecciones físicamente también influyeron mucho en la forma en que los diseñadores adaptaron su arte a la actualidad internacional. Algunas marcas redujeron el número de colecciones que iban a lanzar. Otras cerraron tiendas en varios lugares. Pero las casas de moda más famosas, como Chanel, Valentino, Dior y Gucci, aprovecharon este tiempo de aislamiento y sacaron el máximo partido a su creatividad y recursos tecnológicos.
Semana de la Moda 2020/2021
Como las estrictas leyes de seguridad y sanidad impedían la celebración de este tipo de eventos, surgió una nueva era digital de la moda. Por ello, las espectaculares presentaciones virtuales, prefilmadas o retransmitidas en directo, permitieron a cualquiera participar desde la comodidad de su casa. En esta ocasión, no sólo importaba la ropa, sino la visión, la historia y la innovación necesarias para crear una auténtica experiencia para el público.
De este modo, el mundo online se convirtió en la máxima prioridad para los diseñadores de moda de todo el mundo. Como todo el concepto de los desfiles de moda tenía lugar de forma virtual, el beneficio se obtenía también a través de las compras online. No es de extrañar que los equipos de relaciones públicas y de marketing del sector hayan estado pensando constantemente en cómo organizar desfiles de moda durante esta pandemia. ¿Quién sabe cómo serán en el futuro?